Investigadores del accidente aéreo en EU informan que esperan tener conclusiones previas sobre las causas del siniestro dentro de 30 días

"Nuestra intención es tener un informe preliminar dentro de 30 días. El informe final se emitirá una vez que hayamos completado toda nuestra investigación y determinación de hechos", explicó Todd Inman, miembro del equipo de investigación, en una rueda de prensa en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de la capital de Estados Unidos.
Los investigadores, que todavía no han recuperado las cajas negras de la aeronave, seguirán en la zona "el tiempo que sea necesario", agregó Inman, quien subrayó que "su misión es comprender no solo qué sucedió sino por qué y recomendar cambios para evitar que vuelva a ocurrir".
La directora de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés), Jennifer Homendy, afirmó que los investigadores deben "verificar" la información, al tiempo que pidió no especular sobre las causas del accidente.

Su mensaje contrasta con la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en una rueda de prensa previa en la Casa Blanca dijo no conocer los motivos pero insinuó que la culpa habría sido del piloto del helicóptero.
También, señaló sin pruebas a los gobiernos demócratas de Barack Obama (2009-2017) y de Joe Biden (2021-2025) por haber contratado a controladores aéreos, a su juicio, poco calificados siguiendo políticas de diversidad e inclusión.
La NTSB rechazó referirse a los comentarios de Trump e insistió que en este momento se desconoce si el accidente fue causado por un error humano o un error técnico.
El siniestro ocurrió cuando un helicóptero militar, con tres personas a bordo, y un avión comercial Bombardier CRJ700 de American Eagle (filial regional de American Airlines), con 60 pasajeros y cuatro tripulantes, colisionaron el miércoles sobre las 20:48 hora local en el momento de la aproximación de este último al aeropuerto Ronald Reagan (DCA) de Washington.
Las autoridades descartan que haya supervivientes del accidente aéreo, que es ya el más mortífero en Estados Unidos desde 2001.
Las 64 personas que viajaban en el avión que fue colisionado antes de aterrizar en el Aeropuerto Ronald Reagan, fallecieron en el percance

Dado que ambas aeronaves se desplomaron al Río Potomac, y a las temperaturas heladas que éste registra, el operativo de búsqueda y rescate se convirtió en uno de recuperación. Nada pudo hacerse la misma noche del percance.
En lo que se considera la tragedia aérea más grave en décadas, se confirmó que 14 atletas, entrenadores y familiares relacionados con el patinaje artístico volaban a bordo del avión accidentado.
Dos de ellos eran jóvenes patinadores artísticos. Estaban acompañados por sus padres y dos entrenadores, quienes, se confirmó después, eran los campeones olímpicos rusos Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, responsabilizó del accidente a los estándares de los Gobiernos de Barack Obama (2009-2017) y Joe Biden (2021-2025) para contratar controladores aéreos.
“La Administración Federal de Aviación (FAA) estuvo contratando trabajadores que padecen discapacidades intelectuales severas, problemas psiquiátricos y otras condiciones mentales y físicas bajo una iniciativa de contratación de diversidad e inclusión”.
El magnate también anunció que nombrará de inmediato a Chris Rocheleau, un veterano con 22 años de experiencia en la FAA para ser administrador del organismo, quien deberá ser confirmado por el Senado, de mayoría republicana, antes de asumir el puesto.
Tras expresar nuevamente sus condolencias a las víctimas y sus familiares, además de elogiar el trabajo de los rescatistas, Trump afirmó que “llegaremos al fondo de todo esto”.
El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, informó que el helicóptero siniestrado realizaba un vuelo de entrenamiento cuando colisionó contra un avión comercial, y aseguró que quienes iban a bordo estaban muy preparados.

“Era una tripulación bastante experimentada que estaba cumpliendo con una evaluación nocturna anual obligatoria”, señaló el secretario, quien indicó que llevaban consigo gafas de visión nocturna, aunque no se sabe si las estaban utilizando en el momento del accidente.
Audios de comunicaciones de radio con la torre de control muestran que los controladores avisaron al helicóptero de tráfico que estuvieran pendientes del avión comercial, pero no obtuvieron respuesta. El aeropuerto Nacional Ronald Reagan, donde tenía previsto aterrizar el avión siniestrado, cerró durante horas.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés), una agencia independiente encargada de investigar accidentes de transporte civil, analizará los restos para esclarecer las causas del siniestro.
Sin embargo, este hecho dejó abierto un debate: el espacio aéreo en los alrededores de Washington es congestionado y complejo, una combinación que expertos temen desde hace tiempo que derive en una catástrofe.
“Esto era un desastre que aguardaba para ocurrir”, observó Ross Aimer, un capitán retirado de United Airlines y director general de la empresa Aero Consulting Experts. “Quienes hemos estado en esto hemos gritado al vacío que algo así sucedería, porque nuestros sistemas se encuentran al límite”.
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