Ana Lucía Ocaña no puede dejar de escuchar los mensajes de voz de su hijo.
Octavio Ocaña falleció el pasado 29 de octubre del 2021 en un accidente automovilístico después de una persecución policiaca y un disparo. Su familia y prometida siguen buscando esclarecer cómo ocurrió su muerte mientras luchan contra el dolor de perderlo.
Han pasado casi tres meses y su ausencia cada vez se siente más. Dicen que perder a un hijo es el dolor más grande que alguien puede sentir en vida y así lo ha demostrado la mamá de Octavio. A Doña Ana Lucía le está costando mucho trabajo seguir adelante. No puede dejar de escuchar los mensajes de voz que compartía con su hijo; sin embargo, su esposo Octavio Pérez con un corazón más duro, la ha regañado por aferrarse a los audios. Así lo reveló la madre de Octavio Ocaña en una entrevista para el programa "Sale el Sol".
"Me siento derrotada, devastada, cada día más dolida, no hay palabras para este dolor que cada día es más profundo […] Mi esposo me regaña mucho porque yo tengo todavía su WhatsApp, no elimino nada, me dice: 'Deja de escuchar a un muerto', le digo: 'Es que para mí no hay un muerto, para mí él está vivo'", compartió con la voz entrecortada.
Es su forma de vivir el duelo y expresar su dolor. Confiesa que le da paz volver a escuchar la voz de su hijo aunque su esposo le diga que está mal. "Para mí es estar oyendo una voz que ya no volveré a oír. Le digo a Dios: '¿Por qué me pasó esto?', a mí también me mataron, es muy fuerte este dolor", comparte.
Por supuesto que no es algo simple ni que se pueda olvidar pronto. Doña Ana Lucía ha perdido mucho peso por la tristeza de perder a su hijo Octavio Ocaña. Confiesa que no tiene apetito y "vive por vivir" aunque intenta ser fuerte para su esposo e hijas gemelas.
"Cuando pierdes un hijo y más en la manera que yo perdí al mío, trato de ser un poquito más fuerte delante de mis hijas, de mi esposo porque los derroto también con mi dolor, pero es inevitable. Hablar de él es tan fuerte, tan desgarrador, así lo dejan a uno, desgarrada", expresó al borde del llanto.
Doña Ana Lucía no dejará de visitar el cementerio en Villahermosa, Tabasco, donde descansan los restos de su hijo y cuenta que tiene "largas pláticas" con él. Comparte que extraña mucho que su hijo le pida la bendición.
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