Perú está parcialmente paralizado por las protestas contra la presidenta Dina Boluarte.
Tanto que incluso la ciudadela inca de Machu Picchu, su monumento más emblemático y principal reclamo turístico, ha cerrado hasta nueva orden.
El conflicto político continúa en Perú y sus efectos ya se dejan sentir en la economía.
Casi dos meses después de que Pedro Castillo fuera detenido y destituido por su intento de disolver inconstitucionalmente el Congreso y diera inicio la ola de protestas que mantiene en vilo al país, organismos oficiales, expertos y representantes de los sectores productivos advierten de los daños que el pulso entre Dina Boluarte y los manifestantes que exigen su renuncia y elecciones inmediatas están causando.
Han sido semanas de bloqueos de carreteras, paros, daños en propiedades públicas y privadas, y hasta cierre de aeropuertos por los enfrentamientos entre Policía y manifestantes.
Quienes protestan exigen la renuncia inmediata de Boluarte, la disolución del Congreso y la convocatoria de elecciones inmediatas.
Boluarte se niega a renunciar y, aunque propone un adelanto electoral que aún no se ha concretado, culpa a una minoría de violentos de buscar hacerse con el poder del Estado por la fuerza.
Según la Defensoría del Pueblo, la crisis ha costado ya al menos 54 vidas y el Ministerio de Salud ha llamado a los piquetes que bloquean las carreteras a permitir el tránsito de las ambulancias y vehículos que transportan material sanitario. En Puno, las autoridades confirmaron el 9 de enero la muerte de un bebé prematuro después de que los manifestantes negaran el paso a la ambulancia que lo trasladaba a un hospital.
Las pérdidas económicas son más difíciles de cuantificar, pero abundan los reportes de reservas turísticas canceladas, minas cerradas, alimentos que se pudren porque los camiones que los transportan quedan atrapados en las carreteras. Escasez y aumento de precios en algunas zonas del país son algunas de las consecuencias que ya se dejan sentir.
El ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, aseguró el pasado 11 de enero que las pérdidas provocadas por las protestas alcanzaban ya los 300 millones de soles, unos US$78 millones.
Y el director del Banco Central, Julio Velarde, advirtió desde el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que la crisis "no solo puede afectar el crecimiento económico, sino también la inflación" y podría contribuir al encarecimiento en el precio de los alimentos.
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La importancia del sur
Aunque se ha manifestado en otros puntos del país, las protestas, bloqueos y enfrentamientos más intensos se han producido en el sur de Perú.
Según dijo el economista Óscar Chávez, del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, "resulta difícil hacer una cuantificación exacta, porque las regiones en las que hay protestas activas varían cada día".
Pero el experto señaló que en el momento actual "hay 15 regiones involucradas que representan más de un 35% del Producto Interno Bruto Nacional y son además las regiones en las que hay un mayor predominio de la economía informal".
El Instituto Peruano de Economía estimó el pasado diciembre que cada día de protestas le cuesta al país un mínimo de 212 millones de soles, unos US$55 millones.
Al margen de las cifras macroeconómicas, en muchos comercios y hogares del país ya se sienten las consecuencias de semanas de conflicto.
Comerciantes locales en Ica dijeron que los mercados allí ya sufren desabastecimiento como consecuencia de los bloqueos de carreteras.
En Arequipa, donde se producen algunos de los episodios más violentos, Luis Caballero, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, le dijo a la cadena televisiva Latina: "No tenemos cómo sacar mercadería. Estamos en una situación muy difícil; estamos secuestrados".
Residentes en la ciudad dijeron que el precio del pollo se ha duplicado desde que comenzó el bloqueo.
Los turistas desaparecen
El número de turistas que llegan al país también se ha reducido drásticamente.
El Ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, dijo que entre un 50 y un 60% de las reservas previstas para el primer semestre del año habían sido canceladas.
Los operadores turísticos también han reportado cancelaciones en masa y en algunos de los más famosos restaurantes de Lima, en los que normalmente se requiere reservar mesa con semanas de antelación, pueden estos días verse algunas vacías.
La atracción turística mas destacada de Perú, las ruinas de Machu Picchu, anunció el cierre indefinido después de semanas de interrupciones en el servicio por los bloqueos intermitentes en el ferrocarril que lleva hasta el lugar.
El Ministerio de Cultura terminó por decidir el cierre indefinido "para salvaguardar la seguridad de los turistas y de la población en general".
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