Al menos 10 personas, incluidos tres niños, murieron cuando el techo de una iglesia se derrumbó en el norte de México.
El colapso ocurrió el domingo por la tarde, hora local, cuando alrededor de 100 personas asistían a un bautismo en la iglesia de Santa Cruz en Ciudad Madero, Tamaulipas.
Sesenta personas resultaron heridas, al menos dos de ellas de gravedad, y decenas quedaron atrapadas bajo los escombros.
Los vecinos acudieron al edificio con palas y picos para intentar liberar a los atrapados.
Desde entonces han llegado al lugar equipos de búsqueda y rescate así como maquinaria para retirar los escombros.
El gobernador de Tamaulipas informó que ya se contabilizó a todos los desaparecidos.
Los equipos de rescate utilizaron cámaras termográficas para asegurarse de que no quedara nadie bajo los escombros.
Aún no está claro qué pudo haber causado el colapso, pero el alcalde de Ciudad Madero dijo que probablemente se debió a "fallas estructurales".
Ángel Vargas, el sacerdote que celebraba el bautismo cuando ocurrió el derrumbe, dijo que un día de celebración se había convertido en una tragedia.
"Vinieron a buscar el cielo para los pequeños y encontraron la eternidad. Lo que quiero es que las familias puedan estar en paz. Es increíble todo esto".
El periodista local Franc Contreras le dijo al programa Newsday de la BBC que, según funcionarios de la Cruz Roja, el techo se derrumbó sobre los bancos de la iglesia, lo que permitió la posibilidad de que cualquiera atrapado allí pudiera sobrevivir en bolsas de aire
Una de las sobrevivientes describió su experiencia en las redes sociales.
Josefina Ramírez dijo que asistía al bautizo de su ahijado cuando se derrumbó el techo.
"Gracias a Dios estoy viva (...) Sentía que no iba a volver a ver a mi hermosa familia (...) No me puedo explicar cómo salimos", escribió.
Los medios locales informaron que una de las personas atrapadas logró enviar un mensaje de WhatsApp que ayudó a los rescatistas a encontrarlo.
Según los informes, entre los que murieron se encontraba un niño pequeño y una pareja con su hijo de ocho años, informó el periódico mexicano Milenio.
El obispo de la Diócesis de Tampico, donde se ubica la iglesia, dijo que estaba orando por las víctimas.
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