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Foto del escritorLa Q Buena

Reportera pierde a su camarógrafo en el Metro

En una escena increíble, a la reportera se le ‘olvidó' su camarógrafo en los vagones del Metro.


En una escena increíble, a la reportera se le ‘olvidó’ su camarógrafo en los vagones del Metro.

Dentro del periodismo, los reporteros y sus camarógrafos son prácticamente inseparables. Al lugar donde vaya uno, inevitablemente tendrá que seguirlo el otro. Durante jornadas de muchas horas, su trabajo es fundamental para mantener informadas a miles de personas que verán cada uno de sus reportes en la televisión a diferentes horas.

Generalmente, los enlaces para presentar una nota pueden ser grabados o en vivo; lo anterior, dependiendo de la importancia del evento. Sin embargo, ya sea con un video preparado o el enlace en tiempo real, el reportero o la reportera simplemente no pueden realizar su trabajo si el camarógrafo no está listo.

Ahora, en una escena que ya se ha convertido en tendencia de redes sociales, resulta que a una reportera se le olvidó su camarógrafo en el Metro. ¡No es broma! La reportera literalmente perdió a su compañero en los vagones y la historia es increíble.

Reportera olvida a su camarógrafo en el Metro


Sandra Mir es una periodista, escritora y reportera para la cadena Telecinco en España. En esta ocasión, la reportera estaba realizando una nota sobre la nueva legislación en ese país que, a partir de esta semana, ya no marca como obligatorio el uso del cubrebocas en el transporte público.

Por ello, Sandra Mir y su camarógrafo se encontraban en el Metro de Madrid para captar las reacciones de los usuarios ante la nueva medida. Cabe recordar que, al menos en España, el uso obligatorio del cubrebocas en el transporte público duró casi tres años. Ahora, con los efectos de la pandemia relativamente controlados, las personas ya no tendrán que usarlo.

En el inicio de la nota, la reportera sube al Metro explicando el cambio en la ley, mientras su camarógrafo sube al vagón con ella para grabarla. Sandra Mir da una breve explicación adentro y, después de unos veinte segundos, se sale del vehículo y queda parada en el andén para terminar su explicación. Lo que la reportera no calculó es que en ese tiempo, el Metro le cerró las puertas a su camarógrafo en la cara. ¡Increíble!


“Las risas de todo el vagón cuando se cerraron las puertas fueron de merecer. Los que lo habían visto se lo contaban a los que no, aunque no se conocieran, y entre carcajada y despiporre llegue a la siguiente estación. No abandones a tu cámara, él nunca lo haría”, dijo en tono de broma el camarógrafo, Pedro Pablo Almela, quien tuvo que bajarse en la siguiente estación para regresar.




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